Presentación de la conferencia inaugural:
“Las células madre y su secretoma”
Ofrecida por el Dr. José Becerra

Dr. Becerra, ¿en qué punto se encuentra la investigación acerca de la aplicación del secretoma de las células madre?
En general, la aplicación de la tecnología que proviene de las células madre, y por tanto de su secretoma, se encuentra en un momento importante puesto que en los últimos 15 años ha aumentado considerablemente el cuerpo científico que las respalda y, actualmente, se están realizando numerosos ensayos clínicos con células madre, en diferentes patologías, y en todo el mundo. Además, las posibilidades que ofrece el uso de células madre alogénicas (de un donante diferente al receptor) ha multiplicado el interés del mundo empresarial, por cuanto se ha abierto la oportunidad de tener bancos de células disponibles para diferentes tratamientos, sin tener que esperar al cultivo y preparación de las provenientes del propio paciente. Así, la logística del proceso se facilita mucho.
El secretoma -al ser un producto de las propias células madre producido en cultivo-, en algún caso, como es el de las células madre mesenquimales, ofrece excelentes perspectivas, aunque en este momento la normativa reguladora de su aplicación sea más restrictiva que la que afecta a las propias células, debido a la complejidad y variabilidad del producto. No obstante, creo que esa falta de regulación es un asunto menor, puesto que, lo lógico será que se solvente en un futuro próximo, según se vaya profundizando en su conocimiento, caracterización y preparación. Tanto las células como el secretoma están considerados en todo el mundo, y obviamente en Europa, como medicamentos y, por lo tanto, ambos están sometidos a la reglamentación de estos en lo que se refiere a su aprobación para uso en humanos.
¿Cuál es la situación, a nivel de recursos, en la investigación sobre células madre? ¿Está el Estado y/o alguna de las otras administraciones (UE, CCAA, locales) potenciando esta carrera por conocer cómo pueden contribuir en la práctica los tratamientos basados en células madre? ¿Y la industria farmacéutica?
Las administraciones públicas españolas, incluidas las autonómicas, siempre han sido muy activas en este campo, siendo Andalucía una de las más implicadas. Desde principio de los 2000 ha habido planes específicos de apoyo a esta área científica, destacando entre todas la del Instituto de Salud Carlos III, que creó y sigue soportando económicamente la Red de Terapia Celular (TerCel), organización que reúne a los grupos más activos de España en este sector.
Si bien es cierto que la crisis económica ralentizó mucho este apoyo público, al menos se ha mantenido, y esperamos que ahora que los grandes números de la economía del país parecen estar mejorando, se recupere e incremente la inversión en este, así como en otros campos de la investigación científica, tan denostada en los últimos años en España.
La entrada de la empresa privada en este campo precisa que los poderes públicos apoyen la realización de ensayos clínicos en sus primeras fases. Solo así, y tras resultados positivos de esas fases con la consiguiente valorización de los productos y procedimientos, la industria de las llamadas biofarmas se podrá hacer cargo de la realización de ensayos en fases posteriores, que son las que precisan de mayor inversión. Hacia mediados de la década anterior, el Ministerio de Sanidad apoyó la financiación de ese tipo de ensayos previos, pero desgraciadamente, a finales de la década dejaron de hacerlo y solo 7 años después -hace solo dos meses- se ha retomado lo que se llama el apoyo público a ensayos clínicos no comerciales en terapias avanzadas, que incluyen la de las células madre.
¿Cuáles creen que serán los próximos avances? ¿Cuáles los principales retos?
Aunque ha habido muchos avances en el campo en estos años, creo que la "presión" por llegar a la aplicación muy rápidamente ha ido en detrimento de la calidad y sistematización seria y concienzuda de los estudios básicos y preclínicos. Quizás es el momento para sedimentar los conocimientos básicos y proponer estudios preclínicos con mucho tino y extraordinaria profesionalidad, que estoy seguro daría paso a la propuesta de ensayos clínicos con más fundamento y, por tanto, con mejores perspectivas. De nuevo, el secreto, que es un secreto a voces, es invertir e invertir en ciencia de calidad, la única forma en la que se puede hacer avanzar el conocimiento con fundamento. Esto es lo que permite desarrollos tecnológicos que puedan revertir en beneficio de la sociedad, en este caso, al servicio de la salud de los ciudadanos.
La terapia celular y la ingeniería de tejidos con sus numerosas posibilidades, incluida la generación de órganos artificiales a través de la descelularización/recelularización de órganos y la impresión 3D o bioimpresión, unidas a la terapia génica, proporcionarán avances importantes en los próximos e inmediatos años.
¿Podría adelantarnos de qué nos hablará sobre su conferencia sobre células madre, su secretoma y las aproximaciones para su aplicación práctica?
Como dice el título, haré una actualización de la Medicina Regenerativa a la luz de 20 años de desarrollo atropellado y expectativas extraordinarias, poco o nada cumplidas; expondré cómo los caminos que, se suponía, serían los que había que recorrer, han resultado fallidos y cómo a la luz del conocimiento básico que ha ido surgiendo en estos años se han abierto otras vías, que probablemente sean las que marquen los próximos 20 años.
Hablaré de cómo las células madre embrionarias, que marcaron el inicio de esta nueva manera de curar con células, desencadenando un conflicto moral, ético y hasta político, han pasado a un plano completamente accesorio en favor de las células de pluripotencia inducida (iPS) que no tienen aquellos inconvenientes y que, si bien no gozan de la bendición definitiva, sí serán las que proporcionarán éxitos terapéuticos futuros. Junto a éstas, las células madre adultas o somáticas, que los enemigos de las embrionarias proponían como alternativas a éstas, sin riesgos éticos o morales, han alumbrado nuevas posibilidades regenerativas a través de mecanismos que ni siquiera podían sospecharse hace quince años.
¿Cómo prevé que los avances científicos con células madre ayudarán a la Medicina Estética? ¿En cuántos años considera que veremos tratamientos estéticos efectivos basados en las mismas?
La Medicina Estética tiene la oportunidad de conquistar nuevas fronteras de la mano de las células madre y, probablemente, a través de su secretoma. Obviamente, el hecho de que la medicina estética trate el deterioro, sobre todo de la piel, y no patologías concretas tiene en esta tecnología un gran aliado porque una de las propiedades descubiertas de algunas de estas células es su capacidad para contribuir a mejorar/restituir el "ambiente regenerativo" normal de los tejidos. Si el envejecimiento supone, en lo que a la piel se refiere, una disminución de su capacidad regenerativa/reparativa habitual, las células madre o los productos segregados por ellas podrán contribuir a la recuperación de esa cualidad, ayudando al restablecimiento de la renovación tisular disminuida, que es la base de la homeostasis del organismo.