Revista científica
de la Sociedad Española de Medicina Estética
Revista científica de la Sociedad Española de Medicina Estética

Artículos por palabra clave

Parálisis facial periférica ● 
Peripheral facial palsy

Artículos con reseñas

Toxins • 20/03/2024

Botulinum Toxin Injections to Manage Sequelae of Peripheral Facial Palsy

Las indicaciones de la toxina botulínica (TB) en pacientes con secuelas de una parálisis facial periférica incluyen el tratamiento de la hiperactividad muscular contralateral destinada a mejorar la simetría, el control de las sincinesias y los espasmos.

De las 3 TB disponibles, distintas en nombre a las TB estéticas, pero de idéntica composición; siendo importante individualizar las dosis pues no son equivalentes. No hay acuerdo sobre si el empleo de la TB debe hacerse de forma temprana o esperar hasta 6 meses desde que ocurre el episodio de parálisis. Lo que sí es importante es la valoración individualizada de cada paciente y la implicación de cada músculo, siendo imprescindible el conocimiento exhaustivo de la anatomía dinámica de la cara y del cuello, pues cualquier músculo puede necesitar tratamiento; especialmente cuando la parálisis se acompaña de sincinesias o hipercinesias.

Las dosis de TB han de ajustarse acorde al problema del paciente, pudiendo ser muy variables y cuantiosas en casos de especial afectación de la cara y del cuello. Es recomendable que el médico esté bien formado en estas técnicas que difieren de forma sustancial del mero tratamiento estético.

Toxins • 08/03/2024

Impact of Botulinum Toxin Injections on Quality of Life of Patients with Long-Standing Peripheral Facial Palsy

La parálisis facial periférica es relativamente frecuente, siendo la parálisis de Bell la causa más habitual; aunque en su etiología también pueden mencionarse traumatismos, tumores e infecciones víricas. En muchos casos es reversible, aunque se calcula que puede persistir hasta en un 30% de estos. Cuando es severa la asimetría facial se percibe tanto en reposo como en movimiento.

El síndrome posterior, que sucede meses después de la parálisis, cursa con notables complicaciones; entre ellas puede destacarse la hiperactividad del músculo frontal, posible lagoftalmos y ectropión, o incluso desarrollar un síndrome de Frey. Entre los tratamientos más eficaces está el empleo de la toxina botulínica, que debe basarse en un plan personalizado para cada persona, ajustando las dosis y los puntos de inyección en función de la severidad de las secuelas y de las expectativas del paciente.

El estudio que se comenta revela que la mejoría de la calidad de vida fue mayor en pacientes femeninos y jóvenes, siendo peor en los casos de parálisis facial de larga duración. De ahí se deriva que las actuaciones se lleven a cabo de forma temprana.