Revista científica
de la Sociedad Española de Medicina Estética
Revista científica de la Sociedad Española de Medicina Estética

Lipofilling asociado a cirugía ortognática para armonización facial

Lipofilling associated with orthognathic surgery
for facial harmonization

Autores

Introducción

La cirugía ortognática se realiza en pacientes con deformidades dentofaciales con un objetivo tanto funcional como estético. En el mismo procedimiento habitualmente se realizan procedimientos de cirugía plástica facial, como el lipofilling, entre otros1.

El lipofilling es una técnica mínimamente invasiva descrita por Coleman en 1955 que proporciona buenos resultados estéticos2‑4. El uso de plasma rico en fibrina (PRF) durante el procedimiento de lipofilling es sencillo y proporciona muchos beneficios5.

Caso clínico

Mujer de 30 años, fototipo III, sin antecedentes personales de interés ni tratamientos previos, que presenta clase III esquelética por retrusión maxilar y prominencia mandibular, con surcos nasogenianos muy pronunciados. Su índice de masa corporal (IMC) era de 24,7 (Figura 1).

Figura 1
Figura 1. Paciente de 30 años, presentación preoperatoria. Se observa una maloclusión dentoesquelética clase III, surcos nasogenianos muy pronunciados y punta nasal caída.
Figura 2
Figura 2. Liposucción abdominal en la región paraumbilical derecha.

Se realizó una cirugía ortognática bimaxilar de avance y rotación antihoraria con guías quirúrgicas y miniplacas de titanio personalizadas. Primero se realizó una osteotomía bilateral sagital de la rama mandibular, según la técnica descrita por Obwegeser, y se fijó cada lado con una miniplaca de 2.0. Luego se realizó una osteotomía tipo LeFort I y se colocaron cuatro miniplacas de osteosíntesis de 2.0 (una en cada arbotante maxilomalar y nasomaxilar). Tras comprobar que la oclusión conseguida era la planificada previamente, se realizó un cierre de las heridas quirúrgicas por planos con sutura reabsorbible 3‑0. Para evitar secuelas posteriores de la cirugía, se realizó un cinchado de los cartílagos alares nasales en la espina nasal anterior, limitando así el posible ensanchamiento de la base nasal. En la mucosa maxilar se realizó un colgajo V‑Y para evitar el acortamiento excesivo del labio superior.

A continuación, se obtuvo un injerto de grasa abdominal mediante la técnica descrita por Coleman. Se infiltró solución de Klein en la región paraumbilical con un abordaje bilateral, usando una cánula roma multiperforada de 20 cm de longitud, diámetro de 2,5 mm y perforaciones de 1 mm (Figura 2). Tras esperar 15 minutos, se realizó liposucción abdominal usando las mismas cánulas anteriores conectadas a una jeringa aspirativa de 10 ml, que contenía 1 ml de Ringer lactato 10% para lavar el contenido a la vez que se obtiene, haciendo movimientos en abanico. El lipoaspirado obtenido se decantó durante 8 minutos (Figura 3). Tras la decantación se filtró con una gasa para obtener el microfat (Figura 4).

Figura 3
Figura 3. Decantación del lipoaspirado extraído; 40 ml aproximadamente.
Figura 4
Figura 4. Para la obtención de microfat se realiza un filtrado del lipoaspirado a través de una gasa estéril.
Figura 5
Figura 5. La mezcla de PRF con el microfat se realiza mediane un conector con doble Luer‑lock.

El PRF se obtuvo tras la centrifugación de sangre del paciente a 3.000 rpm durante 10 minutos. Se mezcló con el microfat en proporción 2:1, mediante el paso entre dos jeringas a través de un conector con doble luer‑lock, obteniendo así una mezcla homogénea al realizar 4 pasadas (Figura 5). Se inyectó a la paciente a través de una cánula de salida única, de acero inoxidable de 7 cm de longitud y 2 mm de diámetro, en un plano supraperióstico, para voluminizar los surcos. El volumen que se inyectó en cada lado, para mejorar los surcos nasogenianos, fue de 6 ml. Se depositó la cantidad necesaria hasta visualizar la mejoría, evitando la sobrecorrección. Los resultados obtenidos, y la valoración de estos por la paciente y el equipo, fueron muy buenos (Figura 6).

Figura 6
Figura 6. Resultado postoperatorio alcanzado. Se observa una armonización facial, con oclusión clase I, con elevación y rotación de la punta nasal por el efecto del avance del maxilar superior. Los surcos nasogenianos están muy atenuados.
Figura 7
Figura 7. Ecografía facial de la región mentoniana, obtenida a los 6 meses de la cirugía. El transductor se colocó de manera vertical sobre la fosa piriforme izquierda de la paciente. Se observa que el implante de grasa permanece estable y no hay de alteraciones tisulares a su alrededor.

En la revisión realizada a los 6 meses de la cirugía, además de valorar el resultado estético, también se obtuvo una ecografía facial con un dispositivo portátil MD‑310S (Meva, China) con una sonda de 20 MHz; observando el injerto como una imagen pseudonodular isoecogénica respecto al tejido celular subcutáneo, sin cambios patológicos ni imágenes que sugieran complicaciones (Figura 7). A los dos años, la paciente se encontraba sana y sin variaciones significativas en su IMC. Se volvió a realizar una ecografía con el mismo dispositivo, comprobándose que el injerto no había sufrido reabsorción ni hipertrofia.

Discusión

La cirugía ortognática tiene como objetivo conseguir una adecuada oclusión dental con buen resultado estético. Según cada caso, puede ser necesaria una cirugía bimaxilar o monomaxilar y se podrá añadir, si el paciente lo requiere, una mentoplastia6,7. Es importante que, previamente a la cirugía, se realice una planificación virtual del caso para decidir el tipo de intervención y el orden a seguir para realizarla. Hoy en día, las placas personalizadas y las guías de corte son unas herramientas muy útiles que permiten una mayor precisión del resultado obtenido, además de ahorrar tiempo quirúrgico8.

Muchos autores han propuesto el término de “cirugía ortofacial” para referirse a aquellos casos en los que se hace, además de la cirugía ortognática, algún procedimiento asociado de cirugía plástica facial, como puede ser una blefaroplastia, rinoplastia o lipofilling, entre otros1.

El éxito del resultado del lipofilling depende de una técnica correcta, siendo fundamental inyectar el injerto graso con distribución en abanico y multicapa, en plano supraperióstico si lo que se desea es aportar volumen local3. El resultado obtenido es natural y tiene ventajas frente a los implantes aloplásticos9. La principal limitación del lipofilling es la reabsorción, que es impredecible; por lo que se debe advertir al paciente de la posibilidad de una segunda intervención10.  La tasa de reabsorción es muy variable en los estudios, oscilando desde un 10 hasta un 90%11.

Las complicaciones graves del lipofilling como calcificación, necrosis, cambios quísticos, fibrosis y embolia grasa son excepcionales3. A las anteriores cabe añadir, aunque es infrecuente que suceda, otra posible complicación como es la hipertrofia del injerto graso; suele ocurrir en pacientes que aumentan significativamente de peso11. Para la detección de complicaciones, y evaluar la posible reabsorción mediante los cambios de volumen del relleno, es muy útil realizar una ecografía facial de alta resolución en las revisiones postoperatorias10.

El uso de PRF tiene muchas ventajas en la cirugía de lipofilling debido a su efecto inmunomodulador, angiogénico y antiinflamatorio. De esta manera, su adicción mejora la supervivencia y función del injerto graso, disminuyendo la reabsorción y la tasa de complicaciones (quistes, fibrosis o vacuolas, entre otros). Además, acorta el tiempo de la recuperación postoperatoria. Todo esto se traduce en un menor índice de reintervenciones y una mejora de la satisfacción de los pacientes5,12.

En estudios previos se ha concluido que los efectos del PRF son dosis-dependiente, estableciendo que la relación 2:1 (microfat : PRF) es con la que se obtienen los mejores resultados5. A diferencia del plasma rico en plaquetas (PRP), el PRF libera los factores de crecimiento derivados de plaquetas y el factor de crecimiento transformante de manera progresiva, durante los primeros 28 días postoperatorios, por lo que su efecto es más prolongado5.

Tras el lipofilling los pacientes presentan una rápida recuperación general, en 3‑4 días, y reincorporación a la actividad laboral en una semana13. Por todo lo anterior, el injerto de grasa autólogo es considerado, por muchos autores, como el material de relleno ideal14.

Conclusiones

La cirugía ortognática, acompañada de procedimientos de cirugía plástica facial, tiene unos resultados excelentes, tanto a nivel funcional como estético. El lipofilling, en este caso, se ha mostrado como un procedimiento seguro y con resultados duraderos para conseguir una correcta armonización facial. Su principal limitación es la reabsorción, aunque su incidencia disminuye con el uso de PRF.

Declaración

Los autores del presente trabajo declaran la ausencia de conflicto de intereses para su realización.

Premios y menciones

Mención especial al poster presentado en el XXXIX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) y V Congreso de la Sociedad Española de Restauración Capilar (SERECAP), Málaga 2024.

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