Revista científica
de la Sociedad Española de Medicina Estética
Revista científica de la Sociedad Española de Medicina Estética

Efecto del tratamiento oral con glucosamina-hesperidina-manganeso en la profundidad de las arrugas y la calidad de la piel

Effect of oral glucosamine-hesperidin-manganese treatment on wrinkle depth and skin quality

Autor

Introducción

La alimentación ha sufrido importantes modificaciones en diferentes aspectos conceptuales a lo largo de los últimos años. La necesidad de atender a nuevas exigencias sociales y de salud ha motivado la aparición de los alimentos funcionales y nutracéuticos que, además de sus funciones nutritivas generales, presentan determinadas propiedades para el mantenimiento de la salud. Los alimentos funcionales y nutracéuticos, consumidos como parte de una dieta equilibrada y acompañados de un estilo de vida saludable ofrecen la posibilidad de mejorar la salud y/o prevenir ciertas enfermedades1.

Un compuesto nutracéutico se puede definir como un complemento dietético, presentado en una matriz no alimenticia (píldoras, cápsulas, polvo, líquido, etc.) que incorpora una sustancia natural bioactiva concentrada, presente usualmente en los alimentos y que, tomada en dosis superiores a la existente en esos alimentos, tiene presumiblemente un efecto favorable sobre la salud mayor del que podría tener el alimento normal1. Un nutricosmético es un suplemento nutricional formado por sustancias naturales, de origen animal o vegetal, contenido habitualmente en los alimentos, y usado por vía oral a diferentes dosis, para actuar directamente sobre la piel y el cabello2.

Por otra parte, de entre el gran conjunto de principios activos de origen nutricional que ejercen un papel protector más destacado a nivel cutáneo, se pueden destacar el licopeno del tomate, la luteína de las espinacas, las catequinas del té, el resveratrol del vino tinto, las isoflavonas de la soja, y las vitaminas del tipo de tocoferoles o el ácido ascórbico1,2. Los nutricosméticos están basados en el concepto de que la clave para mejorar el aspecto y la belleza exterior está en la búsqueda de la salud global, es decir, “la belleza desde el interior”, y sus efectos pueden ejercerse con diversos fines como la fotoprotección, acción antioxidante, antiinflamatoria, modulación de la respuesta inmune o de reacciones enzimáticos o como señalizadores celulares2. Es necesario que previamente se haya demostrado su biodisponibilidad, es decir que se absorban y lleguen a los tejidos diana en cantidades adecuadas, que existan estudios que avalen su eficacia frente a placebo, y poder valorar y cuantificar los cambios a nivel de parámetros como la hidratación, fotoprotección u otros2.

Diferentes estudios han demostrado que la glucosamina juega un papel importante en la supervivencia de la célula y ayuda a aumentar su resistencia al estrés3. Además, inhibe la degradación y estimula la síntesis de las cadenas de polisacáridos característicos de los proteoglicanos, suprime la expresión de las enzimas que degradan el colágeno tales como las metaloproteinasas, mientras que incrementa la expresión del colágeno tipo II en los condrocitos. La N‑acetil-glucosamina, un derivado de glucosamina, estimula la síntesis de hialuronano a través de la activación de la vía hialuronano sintasa‑2 en los condrocitos, al tiempo que inhibe a la interleukina (IL)‑1β, la óxido nítrico sintasa, la ciclooxigenasa‑2 y la IL‑6 en los condrocitos4, lo cual ocurre de la misma forma en otros tejidos, incluida la piel, aunque aún no se dispone de evidencia.

Así mismo, se ha observado que la glucosamina ejerce una función antioxidante, ya que incrementa la biosíntesis de glutatión, mejorando la respuesta al estrés5. También se ha descrito su actividad antiinflamatoria (suprime la activación de la mieloperoxidasa en las células inflamatorias, así como la activación del factor nuclear kappa B (NF‑κB), ciclooxigenasa‑2, y la óxido nítrico sintasa inducible, además de reducir los niveles séricos de ciertas citoquinas proinflamatorias), en múltiples enfermedades inflamatorias, entre ellas la enfermedad inflamatoria intestinal6.

En un estudio realizado en 2015 se vio que la glucosamina inhibía la diferenciación de los adipocitos en ratas obesas (obesidad inducida por una dieta rica en grasas), lo cual es un hallazgo preliminar que demuestra su posible efecto beneficioso en el tratamiento de la obesidad, mejorando la dislipemia y previniendo el aumento de peso corporal7. El ácido hialurónico (AH) es un glucosaminoglucano que ocupa la matriz extracelular, el tejido conectivo, las articulaciones, las membranas celulares y el humor vítreo del ojo, entre otros. Es considerado el material ideal para utilizar en rellenos dérmicos, ya que es altamente biocompatible, su estructura es similar en muchas especies de mamíferos, se une en un 80% al agua y tiene una muy baja probabilidad de desencadenar reacciones inmunológicas8. Con el envejecimiento disminuye la síntesis de proteínas de sostén dérmico y los mecanismos de control de calidad de la síntesis de estas proteínas. La sustitución de estas funciones mediante la suplementación de glucosaminoglucanos puede disminuir la velocidad de deterioro de dichos procesos8.

De forma paralela a los procesos oxidativos ocurre la aparición de arrugas y otros signos de pérdida del aspecto juvenil de la piel. La administración de antioxidantes en la dieta ha demostrado protección contra el daño tisular inducido por la radiación; en concreto, la hesperidina ha demostrado preservar el tejido de la radiación gamma sobre pulmones de ratas macho, probablemente debido a su efecto protector contra desórdenes inflamatorios a través de la inhibición de la formación de radicales libres y su capacidad estabilizadora de membranas9. La hesperidina procede de las frutas cítricas y actúa como neuroprotector, antiinflamatorio y antioxidante, lo que se ha demostrado en la mejoría de la disfunción endotelial en ratas Wister con hiperhomocisteinemia10. La hesperidina ha demostrado además que mejora el íleo post operatorio a través de la inhibición de la respuesta inflamatoria por varios mecanismos que actúan en paralelo11. En un estudio realizado en adultos con sobrepeso, la combinación de hesperidina y cafeína provoca un efecto reductor de los niveles de triglicéridos en sangre, la grasa subcutánea abdominal y el índice de masa corporal (IMC)12.

El manganeso es un elemento que se encuentra como tal en la naturaleza y se considera un nutriente esencial. Una ingesta adecuada de manganeso en la dieta es esencial para el mantenimiento de numerosos procesos fisiológicos, incluyendo la reproducción y el desarrollo (por ejemplo, en la formación de cartílago y hueso), el metabolismo energético (ej. piruvato descarboxilasa), el ciclo de la urea (ej. arginasa) y la capacidad antioxidante (ej. superóxido dismutasa); juega también un importante papel en la cicatrización de las heridas. Se encuentra habitualmente en complementos alimenticios y preparados multivita­mínicos13. También se ha demostrado que el uso combinado de manganeso y zinc vía oral durante el periodo periparto disminuye el estrés oxidativo y la inflamación del corion14.

Hay dos elementos indispensables en la creación de AH: la N‑acetilglucosamina y el ácido glucurónico (procedente de la glucosa) actúan como precursores en la formación del AH. Nuestra alimentación es muy rica en glucosa y está muy presente en el organismo15. Sin embargo, la glucosamina es prácticamente inexistente en nuestra dieta, puesto que se encuentra en los caparazones de los crustáceos, los cuales no consumimos. Para la síntesis de AH, el cuerpo necesita un elemento llamado activador, es decir, el responsable de poner en marcha la reacción de la glucosamina y el ácido glucurónico para crear una molécula de AH, que en muchos casos es el manganeso16. Debido al estrés oxidativo y la degradación enzimática diaria, las nuevas moléculas de AH necesitan un elemento protector, para evitar la degradación del AH que fabricamos, papel que puede tomar la hesperidina17. La combinación de los tres componentes en un complemento oral podría ser clave como antioxidante de la piel, antienvejecimiento y potenciador de otros tratamientos rejuvenecedores18.

Objetivo

Valorar la eficacia de la suplementación con glucosamina, hesperidina y manganeso en la reducción de las arrugas del tercio superior de la cara y mejorar algunos parámetros de la calidad de la piel en pacientes de edad media, actuando en solitario o combinada con la acción del AH infiltrado con anterioridad.

Material y método

Se realizó un estudio analítico experimental de diseño prospectivo para valorar la influencia de la administración de un complemento oral de glucosamina, manganeso y hesperidina en la mejoría de las arrugas de la frente, la glabela y la región periocular, así como de otras características de la piel como la luminosidad, firmeza, hidratación, densidad y aspecto descansado.

Se seleccionaron 29 mujeres de entre 40 y 60 años de edad (media de edad 48,8 años) que presentaban arrugas en reposo en la frente, glabela y región periocular de grado >3 según la escala del Atlas de signos de envejecimiento cutáneo del rostro de mujeres caucásicas (Figura 1). Once fueron incluidas en el Grupo 1 (sin AH previo y que tomaron el CA), doce en el Grupo 2 (con AH previo y que tomaron el CA) y seis en el Grupo 3 (solo inyección de AH).

Figura 1
Figura 1. Escala de profundidad de las arrugas del entrecejo (glabela).

Se excluyeron las pacientes que habían recibido previamente tratamiento con toxina botulínica en las regiones de la frente, glabela o región periocular en los últimos 6 meses y aquellas que se inyectaran en la misma zona AH desde hacía menos de dos meses o entre 4 y 6 meses antes de comenzar el tratamiento. También fueron excluidas las personas no dispuestas a completar el tratamiento oral; las que lo abandonasen durante 5 días consecutivos o 10 días en total entre visitas; las embarazadas o lactantes; aquellas con enfermedad crónica o ingesta actual de diuréticos; antecedentes de hipersensibilidad al AH, hesperidina, glucosamina o manganeso o que estuvieran tomando complementos con hierro o manganeso.

Se administró a los Grupos 1 y 2 el CA por vía oral. Las pacientes incluidas en los Grupos 1 y 2, tomaron una cápsula y un comprimido al día de CA (glucosamina 200 mg, manganeso 2 mg y hesperidina 216 mg) en una de las comidas principales, durante 120 días.

Se realizaron valoraciones de la profundidad de las arrugas en reposo, en la frente, glabela y periorbicular según el Atlas de signos de envejecimiento cutáneo por un profesional de la medicina, un profesional de enfermería y por el propio paciente en los días 0, 60 y 120 posteriores al inicio de la toma del tratamiento oral con el CA. También se valoró la calidad de la piel en las mismas regiones en reposo (frente, glabela y periocular lateral), considerando las siguientes características: hidratación, luminosidad, firmeza, densidad, aspecto descansado-relajado, según una escala visual analógica (EVA) (Figura 2).

Figura 2
Figura 2. Escala de profundidad de las arrugas periorbiculares laterales (patas de gallo).

Un profesional de la medicina valoró además, en la segunda y tercera visita, la calidad de la piel según la siguiente Escala de Mejora Global (Grado 1: Sin mejoría; Grado 2: Poca mejoría; Grado 3: Mejoría; Grado 4: Bastante mejoría y Grado 5: Mucha mejoría); así como, el grado de satisfacción del tratamiento según la Escala de Satisfacción Global (Grado 1: Insatisfecho; Grado 2: Poco satisfecho; Grado 3: Ni satisfecho Ni insatisfecho; Grado 4: Satisfecho y Grado 5: Muy satisfecho). Por último, se evaluó también la tolerancia al tratamiento y la posibilidad de efectos adversos en los grupos que habían tomado el CA (Grupos 1 y 2) a los 60 y 120 días.

Las pacientes de los tres grupos realizaron una valoración de la profundidad de las arrugas y de la calidad de la piel según las escalas referidas en las tres visitas. Además, en las dos últimas valoraron la mejoría de la calidad de la piel y la satisfacción global del tratamiento según las escalas diseñadas para los otros evaluadores.

Resultados

El 76% de la muestra tenían piel grasa, el 21% normal y el 3% piel seca. Un 59% habían realizado previamente tratamientos con AH, pero con más de 3 meses transcurridos desde la aplicación. La gran mayoría, el 89%, no tenían enfermedades previas y del resto, una paciente padecía diabetes mellitus y otra hipertensión arterial controlada.

En la evaluación médica, el Grupo 1 mejoró la profundidad de las arrugas en un 33,2%, 26,7% y 40,8% al final del tratamiento en la frente, la región glabelar y el área periorbitaria, respectivamente (Figura 3). Referente a la calidad de la piel, un 43% mejoró la hidratación, un 37,5% la luminosidad, un 57,7% la firmeza, un 38,4% la densidad y un 41,2% el aspecto descansado al final del tratamiento (Figura 4). El Grupo 2 disminuyó la profundidad de las arrugas: 33,3% menos en la frente, 11,1% en la glabela y 4,8% en área periorbitaria (Figura 5). Si se tiene en cuenta la calidad de la piel: un 58,7% mejoró la hidratación, un 52,7% la luminosidad, un 21,2% la firmeza, un 21,4% la densidad y un 24,4% el aspecto más descansado (Figura 6). En el Grupo 3, la disminución de la profundidad de las arrugas en la frente fue de 20%, en glabela 10% y en las periorbiculares 26,2% (Figura 7). Los parámetros de mejoría global de la piel fueron: hidratación 10,8%, luminosidad 6,7%, densidad 10,5% y aspecto descansado solo 1%, mientras que la firmeza empeoró un 2,7% (Figura 8).

Figura 3
Figura 3. Este gráfico muestra los resultados de la evaluación médica del Grupo 1. La profundidad de las arrugas disminuyó en cada una de las 3 áreas estudiadas.
Figura 4
Figura 4. Se muestran los resultados del Grupo 1 en la mejoría de la calidad de la piel atendiendo a las características seleccionadas.
Figura 5
Figura 5. Gráfico de los resultados del Grupo 2 en la mejoría de la calidad de la piel en cada área, atendiendo a las características seleccionadas.
Figura 6
Figura 6. Gráfico de los resultados del Grupo 2 en la mejoría de la calidad de la piel en cada característica de las seleccionadas.
Figura 7
Figura 7. Gráfico de los resultados del Grupo 3 en la mejoría de la calidad de la piel en las áreas tratadas.
Figura 8
Figura 8. Gráfico de los resultados del Grupo 3 en la mejoría de las características estudiadas de la calidad de la piel.

En la evaluación por parte de la enfermera, el Grupo 1 mejoró la profundidad de las arrugas en 35,5%, 26,7% y 40,8% al final del tratamiento en frente, glabela y periorbitarias, respectivamente. La mejoría de la calidad de la piel fue: un 39,7% la hidratación, 46,7% la luminosidad, 34,1% la firmeza, 26,2% la densidad y 38,4% el aspecto descansado a fin de tratamiento. El Grupo 2 disminuyó la profundidad de las arrugas en un 30% en la frente, 16% en glabela y 9,1% en el área periorbitaria, siendo la mejora de la calidad de la piel: 37,1% la hidratación, 39,1% la luminosidad, 29,7% la firmeza, 29,7% la densidad y 27,8% el aspecto descansado. Para el Grupo 3, la profundidad de las arrugas disminuyó en la frente un 20%, en glabela un 10% y en periorbicular un 26,1%, mientras que atendiendo a los parámetros de mejoría global: la hidratación supuso un 23,6%, 12,9% la luminosidad, la densidad un 4,0% y el aspecto descansado un 3,3%; la firmeza empeoró un 7,7%.

Por último, la evaluación por parte de los pacientes del Grupo 1 en la mejora de la profundidad de las arrugas al final del tratamiento fue de un 35,5%, 26,7% y 40,8 en frente, glabela y periorbitario, respectivamente. Sobre la calidad de la piel un 43% indicaron haber mejorado la hidratación, 37,5% la luminosidad, 57,7% la firmeza, 38,4% la densidad y 41,2% el aspecto descansado al finalizar el tratamiento. El Grupo 2 valoró la disminución de la profundidad de las arrugas en un 30% en la frente, 16% en glabela y 9,1% en periorbitarias; con relación a la calidad de la piel: 56,6% mejoraron la hidratación, 72,8% la luminosidad, 43,6% la firmeza, 28,0% la densidad y 41,5% el aspecto descansado. En el Grupo 3 disminuyó la profundidad de las arrugas en la frente un 20%, en glabela 10% y en el área periorbicular 26,1%. La mejoría global de la piel en los distintos parámetros fue: hidratación 10,8%, luminosidad 3,8%, firmeza 3,8%, densidad 5% y aspecto descansado 4,2%.

Discusión

Los resultados obtenidos revelan que en el Grupo 1 hubo una reducción más marcada de las arrugas perioculares, aunque se observó un poco más tarde que en otras zonas de la cara), alcanzó mayor intensidad de acuerdo a la valoración de los tres evaluadores. La mejoría más llamativa se observó en la frente en la última visita y, de nuevo, coincidieron los tres observadores, poniendo de manifiesto que la utilización de la suplementación vía oral por sí sola tiene efectos probados y medibles4 y, además, influye en los parámetros evaluados, cuando se toma en ciclos de tratamiento de al menos dos meses. La valoración sobre los parámetros de calidad de la piel evidenció mejoría de todos ellos en cada una de las zonas valoradas. De acuerdo a lo observado por los tres evaluadores, la mejoría fue más notoria en la última visita, en concordancia con la efectividad de los tratamientos vía oral, cuando se cumple el tiempo de duración determinado.

En el Grupo 2, en los pacientes con antecedentes de infiltración de AH en las arrugas del tercio superior de la cara y que tomaban el CA, los tres observadores encontraron una mejoría más marcada de la profundidad de las arrugas en la frente, seguida del entrecejo desde la primera visita, lo que se podría interpretar como un efecto potenciador de la efectividad del AH cuando se combina con glucosamina vía oral5. Los tres observadores coincidieron en que todos los parámetros de calidad de la piel mejoraban hacia la última visita, porque son potencialmente influenciables por la suplementación que, aunque actúa más lentamente, atenuaría la pérdida de efectividad del AH debido a su reabsorción fisiológica con el paso del tiempo.

El Grupo 3, que corresponde al que las pacientes solo se habían inyectado AH, experimentó una discreta tendencia a mantenerse el efecto en la profundidad de la arruga en entrecejo y empeoró en la frente y la región periocular; en esta observación coincidieron los tres observadores, explicable por la degradación fisiológica del AH infiltrado6. Si se tienen en cuenta los parámetros de mejoría de la calidad de la piel, los tres observadores coincidieron en que en la última visita mejoraban someramente la hidratación y luminosidad, destacando la observación hecha por la enfermera sobre los parámetros de firmeza y densidad de la piel, en los cuales no se aprecia mejoría.

No obstante, hace falta realizar estudios controlados con muestras más amplias para valorar la eficacia de la utilidad de la suplementación vía oral en diferentes procesos biológicos; aunque, hay suficiente evidencia sobre la influencia de la glucosamina en el incremento de la síntesis y la organización de las bandas de colágeno, favoreciendo la resistencia a la fatiga, así como la atenuación del dolor inflamatorio de los tendones19. En 2014 se publicó un estudio donde un complemento vía oral con glucosamina demostraba una importante influencia en la mejoría de los síntomas de la displasia de hombros20, lo que dio pie a ulteriores investigaciones en otros campos, incluido el dermatológico.

Conclusiones

Los hallazgos sugieren que la suplementación, con un complemento alimenticio que combina glucosamina, manganeso y hesperidina, es efectiva en la mejora de la profundidad de las arrugas del tercio superior de la cara en ambos grupos, tanto en el que había recibido la infiltración previa con ácido hialurónico como el que no tenía este antecedente, siendo valorado de forma coincidente por tres observadores hasta los 120 días de seguimiento.

También, los parámetros secundarios de la calidad de la piel obtienen una mejoría más marcada hacia el final del tratamiento con el complemento por vía oral, en coincidencia con las observaciones de estudio realizado.

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