La SEME pide a la Generalitat de Cataluña que asuma su responsabilidad y apruebe urgentemente el Decreto que regulará la medicina estética
La Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), apoyada por diversas asociaciones, ha vuelto a solicitar a la Consellería de Sanidad y Seguridad Social de la Generalitat de Cataluña que asuma su responsabilidad y apruebe cuanto antes el Decreto que regulará sus actividades y que lleva esperando su aprobación más de cuatro años. La normativa acabará con la mala praxis y protegerá a los pacientes de aplicaciones no profesionales, con muchos riesgos y que atentan contra la salud pública. Este Decreto supondrá seguridad, tranquilidad y garantías para los ciudadanos: ya que tendrán la certeza de estar siendo atendidos por un profesional médico y de que el centro está regulado.
La muerte de Débora Catalán, en febrero de 2002 tras ser intervenida por una liposucción, hizo saltar la alarma sobre la necesidad de regulación del sector de la Cirugía Estética. En estos 5 años que han pasado desde entonces, no sólo la cirugía, sino sobre todo la medicina estética por tratarse de técnicas menos invasivas, ha ido ganando adeptos hasta convertirse en tratamientos al alcance de cualquiera y con mucha demanda por parte de los españoles (en nuestro país, por ejemplo, desde la aprobación del uso del Botox hace casi tres años, su aplicación ha aumentado en más de un 50%).
Según la SEME, los tratamientos y cuidados médico-estéticos han pasado a constituir una prioridad entre los ciudadanos. De hecho, según previsiones de la SEME, el gasto medio anual por persona se situaría entre los 2.000 euros.
Debido a este aumento del interés ciudadano por cuidar el aspecto físico para mejorar nuestra calidad de vida, también han aumentado los establecimientos en los que se aplican estos tratamientos, pero no todos son centros sanitarios, ya que no hay ninguna reglamentación que lo exija con la consiguiente desprotección que ocasiona al ciudadano. No todos ellos están cualificados para ello y, por eso, no asumen la responsabilidad y las garantías necesarias para los pacientes.
Este aumento de la demanda ha hecho también que muchos centros de belleza hayan visto en este sector una oportunidad de negocio pero ni son centros sanitarios, ni están dirigidos por Médicos Estéticos, ni los tratamientos van acompañados de una atención médica especializada, ya que no hay ninguna reglamentación que lo exija.