Sociedad Española de Medicina Estética
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9 OCTUBRE 2006

La SEME califica de “absolutamente falsos” los anuncios de técnicas revolucionarias

Según la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), últimamente es muy frecuente que se publiquen los “milagros” que obra algún gurú de la Medicina Estética que recorre el mundo “pinchando aquí y allá” productos que se califican de “naturales” y que se desconocen por parte del paciente.

Desde la SEME, se recuerda:

  1. Que para el ejercicio libre de la medicina, hay que estar colegiado.
  2. Como obligación ineludible, ha de ejercerse en una consulta o clínica médica que cumpla los requisitos sanitarios.
  3. Los inspectores de Sanidad han de dar el visto bueno de los productos que se utilizan, así como el control de sus proveedores.
  4. Todo esto hará que el paciente puede verse amparado por un seguro de responsabilidad civil ante cualquier complicación o efecto secundario indeseable.

Además, la SEME advierte sobre la publicidad engañosa que anuncian cosas como “una técnica que ha revolucionado el mundo de la estética”, afirmación que es “absolutamente falsa”. Lo cierto es que estas técnicas son de sobra conocidas por los profesionales médicos de plena actualidad y que mantienen su formación continuada con master y congresos.

Las técnicas médico-estéticas que se utilizan están basadas en estudios clínicos controlados. Nunca se deben ocultar a sus pacientes y obligatoriamente el paciente ha de firmar un consentimiento informado de los tratamientos y medicamentos que se le aplican. Éstos han de ser sellados y firmados por el paciente, quien debe quedarse con copia de cada uno de los medicamentos y tratamientos que le son aplicados.

Por otro lado, la SEME recuerda que cada infiltración o producto médico que le sea aplicado a un paciente tiene unas pautas de actuación que han de seguirse indispensablemente. Por ello, ante estos gurús que hacen “todo en una sesión” son varios los consentimientos que el paciente debería firmar en una sesión. “Hacerlo todo junto en un día le lleva al paciente a correr el riesgo de que si surge alguna alergia o efecto secundario desconocerá la sustancia que lo provoca” señala concha Obregón, portavoz de la Sociedad.

Normalmente, según los profesionales de la SEME, en las consultas médicas los productos se deben aplicar en sesiones distintas, ya que así se protege al paciente de interacciones no deseadas y se aseguran de que se están cumpliendo los protocolos de cada producto.

Otro de los aspectos sobre los que la SEME advierte es sobre los inconvenientes de acudir a “gurús” que pasan un día en cada ciudad del mundo. Según Concha Obregón, “nos parece importantísimo que el paciente encuentre a su médico siempre en su consulta, para que pueda ser atendido en todo momento si fuese necesario” y enumera los inconvenientes de no contar en todo momento con el profesional que ha aplicado los productos:

  • Dejan a su paciente sin el derecho a ver su evolución en los siguientes días. Si surge algún problema, no está.
  • Suelen hacer sus visitas en centros de estética, que no tiene el registro sanitario obligatorio, con lo que el paciente queda desprotegido a parte de incurrir delito.

Por ello, se alerta a los pacientes que se cercioren de que el médico que les atienda esté colegiado y que desarrolla su actividad en una consulta médica debidamente legalizada.

Finalmente, la SEME señala que “hay que tener mucho cuidado con los 'productos naturales', los médicos sabemos muy bien que estos escapan con mucha facilidad al control de la Agencia del Medicamento y los productos que realmente hacen efecto (botox, infiltraciones, etc.) están sintetizados en laboratorio y su uso conlleva unos procedimientos específicos que se han de cumplir”.

Y en cuanto a los años de rejuvenecimiento que prometen, además, con número exacto, Concha Obregón se pregunta: “¿Hasta cuando se va a seguir abusando de la ingenuidad o desconocimiento del paciente? ¿No les parece que suena a muy frívolo que justamente sean 10 ó 15 o una cifra concreta? ¿Por qué jugar con expectativas que no se cumplan? ¡Ah...! La publicidad engañosa”.