Sociedad Española de Medicina Estética
29 JULIO 2003

Corregir el sobrepeso es el primer paso para combatir el ronquido

El ronquido ha dejado de ser un ruido molesto para los familiares que conviven con un roncador para convertirse en un problema médico importante, con consecuencias importantes derivadas de los problemas respiratorios. Jaime Marco, jefe del Servicio de ORL del Hospital Clínico de Valencia, subraya que el sobrepeso es un factor importante en la aparición del problema y corregirlo es la primera medida terapéutica.

La obesidad es una de las causas principales de la apnea y el ronquido. "En la mayoría de pacientes en los que el peso corporal está por encima de lo normal, la primera medida que se toma es la de reducir el peso y así se resuelven el 50 por ciento de los casos, especialmente los más leves", explica Jaime Marco Algarra, responsable del informe de Otorrinolaringología del Consejo Asesor Científico del Colegio de Médicos de Valencia, y jefe del Servicio de ORL del Hospital Clínico de Valencia.

La edad es otro factor que incide en el ronquido; de hecho, "es un síntoma muy frecuente que afecta al 15 por ciento de los hombres y al 5 por ciento de las mujeres a los 30 años, y aumenta con la edad y el sobrepeso, de forma que a los 50 años, la mitad de los varones ronca y el 35 por ciento de las mujeres".

Marco recuerda que el ronquido está producido por la vibración de algunas partes de la vía aerodigestiva superior al entrar en contacto con el aire inspirado, estando implicado sobre todo el velo del paladar. El mecanismo íntimo del ronquido se debe, habitualmente, a las turbulencias del aire inspirado, sobre todo cuando hay estrechamientos en la vía aérea superior, al aumentar su velocidad, y a la flacidez de los tejidos blandos de la vía aérea superior. Por tanto, no sólo puede producir ronquido un paladar blando y grueso sino también un paladar largo y delgado.

En su opinión, es necesario crear Unidades de Patología del Sueño dada la frecuencia de la patología. "Las consultas de los especialistas se saturan con este tipo de pacientes. La lista de espera en estos servicios son la norma y el cuello de botella son tanto las consultas como las pruebas de polisomnografías que se realizan por la noche, colapsando estas unidades".

Multidisciplinar

En el tratamiento participan neurofisiólogos, que son los que hacen el diagnóstico, otorrinos y neumólogos, que evalúan las distintas situaciones patológicas. "Además, intervienen endocrinólogos, pediatras, cirujanos maxilofaciales y radiólogos. En definitiva, la mejor forma de coordinar las especialidades es creando unidades de patología del sueño o de roncopatía y apnea del sueño. Lo ideal es que estas unidades estuviesen en consultas externas, en hospitales y en centros de salud".

Las causas más frecuentes del ronquido son la patología obstructiva de la nariz (desviaciones de tabique, rinitis alérgicas, pólipos nasales), la existencia de un paladar blando alargado y engrosado, el aumento de tamaño de la base de la lengua y de las paredes laterales de la faringe entre otros muchos. "El aumento de peso es una causa frecuente, y también es muy frecuente roncar al beber alcohol, ya que produce una hipotonía muscular que relaja la musculatura de la vía aerodigestiva superior".

Terapia quirúrgica

Cuando la causa del ronquido se debe a obstrucción de las fosas nasales o a engrosamiento y elongación del velo del paladar, el porcentaje de éxito suele ser elevado, sobre todo con la cirugía convencional o el láser, bien extirpando la zona que obstruye (desviación de tabique, elongación del paladar) o bien actuando con nuevas técnicas no cruentas que mediante radiofrecuencia producen una retracción del paladar o una disminución del volumen de los cornetes nasales, aunque "siempre es conveniente seleccionar a los pacientes, y asegurarnos de que estamos tratando un ronquido simple o primario y no un síndrome de apnea obstructiva nocturna".

La cirugía del maxilar sólo está indicada en los casos de apnea obstructiva del sueño severa. Cuando el ronquido responde a obstrucción producida por un aumento de la base de la lengua o porque el maxilar inferior tiene una posición retrasada, las soluciones sólo son quirúrgicas con intervenciones más cruentas e importantes que actúan sobre la base de la lengua, reduciéndola o haciendo avanzar el maxilar y/ o la base de la lengua.

Jaime Marco precisa que, antes de efectuar un tratamiento para el ronquido, se debe corregir el aumento de peso, ya que "más de la mitad de los afectados dejan de roncar al llegar a un peso normal. Los tratamientos médicos no son efectivos para tratar el ronquido, salvo en circunstancias muy concretas, y hay que recordar que no existen tratamientos milagrosos".

Cuando un roncador presenta síntomas de cansancio y sueño durante el día, y facilidad para dormirse en situaciones no habituales, "hay que pensar en la posibilidad de que el ronquido forme parte de un síndrome de apnea obstructiva".

Consecuencias patológicas

La apnea del sueño es relativamente frecuente y afecta a uno de cada 15 roncadores, aunque existe un buen número de enfermos que ignoran que sus problemas de cansancio y falta de concentración son debidas a la dificultad de llegar a fases profundas de sueño a consecuencia de la apnea. "La apnea del sueño tiene dos efectos fundamentales: la disminución de la oxigenación y la existencia de un sueño muy superficial que impide llegar a las fases profundas del descanso, que son las que permiten recuperarse. Todo lo anterior provoca importantes problemas de salud, como hipertensión, accidentes vasculares cerebrales, depresión e impotencia".

Jaime Marco insiste en que, en general, la apnea obstructiva produce una situación de cansancio diurno que provoca absentismo laboral, disminución del rendimiento en el trabajo, accidentes laborales y de tráfico.

"La forma correcta de detectar si una persona tiene apnea del sueño es acudir al médico, y cuando exista la sospecha se realizará una poligrafía o una polisomnografía, que son exploraciones que se hacen mientras el paciente duerme y en las que se analizan los movimientos del tórax, la oxigenación, la profundidad del sueño, las pausas respiratorias, la presión sanguínea y el pulso. Así podemos confirmar si existe una apnea del sueño y si tiene origen obstructivo o neurológico cerebral".

Fuente original: Teresa Navarre • Diario Médico